De Regreso A La Escuela
Es duro pensarlo, pero el verano ya está llegando a su fin. Esto significa el regreso a la escuela para la mayoría de los jóvenes que servimos. Los pensamientos de volver a la escuela pueden crear ansiedad y estrés en los jóvenes y en ocasiones sus padres también. El rechazo a ir la escuela crea una gran cantidad de estrés en un hogar.
Un estudiante que se rehúsa a ir a la escuela puede ser identificada por síntomas físicos tales como dolores de cabeza, dolores de estómago o náuseas, así como las rabietas, la inflexibilidad, la ansiedad de separación, desafío, ausencias excesivas, cambio en las notas / el funcionamiento académico, o un cambio en las actitudes y comportamientos . Todos los niños son diferentes pero a menudo el rechazo a la escuela relaciona con el tiempo en el que deben comenzar a ir, cambiar de residencia, u otros eventos estresantes. Algunos miedos que un estudiante puede tener incluyen: el miedo al fracaso en la escuela, el miedo de otros estudiantes, o tener miedo de que algo va a suceder a su padre / ser querido mientras que están ausentes en la escuela.
Tan difícil como puede sonar, trate de mantener al estudiante en la escuela ya que las ausencias refuerzan el problema en lugar de aliviarla. Los consejeros también afirman que puede ser útil para los jóvenes recibir incentivos por atender a la escuela y darles alguna consecuencia si no lo hacen. Faltar a la escuela no debe significar que el joven puede entonces quedarse a ver la televisión en casa y jugar videojuegos. Él / ella sólo va a querer quedarse en casa más a menudo si esto ocurre. ¡Todos queremos un poco más de días de vacaciones en la vida, no es verdad? Fomentar el diálogo abierto sobre la escuela y la validación de estas preocupaciones que ellos sienten los ayuda a sentirse escuchados. Como adulto, puede ayudarles a llegar a ideas sobre cómo hacer frente a estas preocupaciones. Ser positivo puede ser muy beneficioso. Compartir sus propias historias divertidas y cosas que le resultaron buenas a usted mientras estuvo en la escuela puede ser de gran ayuda.
Dos o tres semanas antes de empezar la escuela, haga que su estudiante entre en la rutina normal de la escuela (tiempos de ir la cama, tiempo de despertar, tiempos de comer). El sueño adecuado, la nutrición y el ejercicio son formas naturales para combatir la ansiedad. Ayude al estudiante a entender cómo va a ser su horario escolar, durante y después de la jornada escolar. Anímelo a participar en actividades extracurriculares antes, durante o después de la escuela. Si es necesario, aumente la comunicación con el maestro y la escuela del niño para asegurarse de que la situación de ansiedad es conocida y manejada.
Para poder determinar si existen problemas de fondo, puede ser necesario que los jóvenes vean a un profesional de salud mental que puede identificar las razones detrás del rechazo a la escuela y ayudar a determinar qué tipo de tratamiento será el mejor. En algunas circunstancias, puede ser necesario exponer al estudiante a la escuela en pequeñas cantidades y luego aumentarlas con el tiempo. La escuela puede ser una experiencia aterradora para los niños, pero con una planificación adecuada, esos temores pueden ser reducidos y pueden ayudar al niño a sentirse exitoso.